jueves, 3 de abril de 2014

Las subordinadas adverbiales (oraciones)





Amaral
  • Ya sé de qué me servió vivir si al final lo tengo todo. 
  • Me decías cabecita loca por seguir mis sueños, por romper las olas.
  • Me decías cabecita loca por soñar despierta, por querer que no amanezca nunca.
  • Si volviera a nacer, si empezara de nuevo, volvería a buscarte en mi nave del tiempo.
  • Mirarte a los ojos es nadar en un mar más frío que el hielo.
  • Aguirre toca la guitarra en la 304, un gato rebelde que anda medio enamorao de la señorita Rock and Roll, aunque no lo ha confesado, eso lo sé yo.
  • No le dieron ni las gracias porque estaba sin contrato, aquella misma tarde fuimos a celebrarlo.
Sabina
  • Puedo ponerme cursi y decir que tus labios saben igual que los labios que beso en mis sueños. 
  • Puedo ponerme digno y decir: toma mi dirección, cuando te hartes de amores baratos de un rato, me llamas.
  • Duele verte removiendo la cajita de cenizas que el placer tras de sí dejó.
  • Mal y tarde estoy cumpliendo la palabra que te di cuando juré escribirte una canción.
  • Extraño como un pato en el Manzanares, torpe como un suicida sin vocación… así estoy yo sin ti.
  • Ponle al sordo voz y alas al cojo, bendice nuestro arroz, nuestro minuto como si no fuéramos cómplices del luto del corazón.
  • Y morirme contigo si te matas, y matarme contigo si te mueres, porque el amor cuando no muere mata, porque amores que matan nunca mueren.
  • La amarguras no son amargas cuando las canta Chabela Vargas y las escribe un tal José Alfredo.
  • Si me dan a elegir, entre todas las vidas yo escojo la del pirata cojo con pata de palo, con parque en el ojo, con cara de malo.
  • Y hubo tanto ruido que al final llegó el final.
  • Descubrieron que los besos no sabían a nada, hubo una epidemia de tristeza en la ciudad, se borraron las pisadas, se apagaron los latidos y con tanto ruido no se oyó el ruido del mar.
Pablo Alborán
  • No hace falta que quites la mirada para que entienda que ya no queda nada 
  • Yo no quiero caricias de otros labios, no quiero tus manos en otras manos porque yo quiero que volvamos a intentarlo.
  • Estaba indefenso pero llegaste tú lanzándome un beso.
  • Tómame de los pies a la cabeza porque quiero ser la lava que derrame tu volcán de miel.
  • Ya no es suficiente, te has cansado y pretendes que te abrace como la primera vez.
  • Todo terminó como querías, ya no importa si te tengo en la cabeza cada día.
  • Te he echado de menos, he soñado el momento de verte aquí a mi lado dejándote llevar.
  • Quiero que siga así tu alma pegada a mí mientras nos quedamos quietos dejando que la piel cumpla poco a poco todos sus deseos.
  • Hoy no hay nada que hacer, quedémonos aquí contándonos secretos diciéndonos bajito que lo nuestro siempre será eterno.
El canto del loco
  • Esta historia que te cuento es como un grito, una voz desesperada que grita pidiendo auxilio. 
  • Eres tonto, si no te gustas, es que no estás vivo.
  • No sé si quedan amigos y si existe el amor, si puedo contar contigo para hablar de dolor, si existe alguien que escuche cuando alzo la voz y no sentirme sola.
  • Aunque tú no lo sepas me he inventado tu nombre.
  • Aunque tú no lo sepas me he acostado a tu espalda y mi cama se queja fría cuando te marchas.
Luis Ramiro
  • Esas marquitas que hay en tus piernas que te acomplejan si vas sin medias son las estrellas de mi universo.
  • Qué gracia me haces cuando me cuentas “amor, mis tetas son tan pequeñas” y yo pregunto si es grande el viento y qué tamaño tiene el invierno.
  • Esos dos brazos no me los tapes, no seas tan tonta si tú ya sabes que son las alas de mi esperanza.
  • Ya empiezo a oler la primavera porque mañana nos casamos en Las Vegas.
  • Aún me acuerdo de aquel bar en la latina donde te encontré llorando en el lavabo.
  • Te fuiste huyendo como los pájaros del invierno.
Rafa Pons
  • Aunque no sé ni mi nombre, sé que quiero abrazarte.
  • Dame la mano y quizás seré capaz de volar contigo rumbo a un cielo de soñadores, solo espero que acepten fumadores.
  • No sé si me sobras o te necesito, si te molesta cuando no te aviso, si por idiota me pasé de listo.
Estopa
  • Vamos marcando el paso, vamos rompiendo el hielo, no hacemos ni puto caso de las señales del cielo.
  • No tenemos pasta pues dormimos un rato porque el dormir no gasta, sale mucho más barato.
  • Cuando amanece el día y el cielo pinta tus ojos negros, vaya suerte la mía que pueda verte en ese momento.
  • Ya no me acuerdo qué rumba me bailabas cuando querías robarme el sueño.
  • Cuando cae la luna, tú mueves el pelo, mueves las caderas como ninguna.
  • Cuando venga el viento, vienen los fantasmas a tocarme las palmas y a meterme miedo.
Melendi
  • Hubo una vez hace mucho tiempo que tuve un sueño donde los gatos tienen miedo a los ratones, donde la luna se ponía todos los días, donde las leyes las hagan los peatones y no nos toque los huevos la policía.
  • Puse tus recuerdos a remojo y flotan porque el agua está salada.
  • A mí no me hace falta estrella que me lleve hasta tu portal, como ayer estaba borracho fui tirando migas de pan.
  • El milindri a mí me llaman en el mundillo calé porque al coger mi guitarra se me van solos los pies.
  • Tú guardas en el alma bajo llave lo que sientes, yo rompo con palabras que desgarran como dientes.


No hay comentarios:

Publicar un comentario